martes, 11 de octubre de 2016


Huracanes



Mientras desato los nudos gordianos del alma

encallado en la hora onda del crepúsculo.

Mientras los hemisferios se debaten

entre tornados y tormentos, aislamiento y evacuaciones.

Yo busco tu nombre entre las víctimas

hasta que me encuentra la noche

con su aliento anestésico.

Y sueño con el agua negra de los designios

sumiendo mi búsqueda en el fondo de un río nuevo

donde pierdo tu huella.

Infausto desorden del mundo.

Qué inminente es el colapso

sin el eco de tu sangre.

jueves, 2 de junio de 2016

Junio

Qué triste y largo parece Junio
Con su primer día cubierto de nubes
Nos ha desnudado junto a los árboles
puesto en el pecho del invierno
encadenados a sus azotes
a la liturgia de soledades
al velo gris en las miradas
que traemos de lejos
cansados de tanta perennidad.
Y sin embargo, los jardines resisten
con sus flores efímeras.
Hombres pájaro podan ciruelos
mientras los pájaros sueñan
con estos nidos
en los nidos de las antípodas.
Una abuela teje consuelos
de que todo pasará.
El sol esparce fugacidades
por un instante:
frutas ácidas, verduras frágiles
alegran los mercados en las veredas
de la abundancia.
Símbolo de prodigios y contradicciones.
En los interiores se recrean
los amantes, los amigos se buscan.
El alma se aquieta.
Otra vez
las hogueras se encienden
y las que se apagaron, siguen presentes
en la memoria, en los misterios del devenir
en nuestra debida alegría
de ser y convivir.

                               José O. Antequera         2.6.16

martes, 14 de julio de 2015

Palabras que no se lleva el viento

Hay palabras
que permanecen en las orillas
donde se arrinconan los despojos
y los pasos,
las quejas, las opiniones y las pérdidas.
También la risa de los niños
y la soledad de los abandonados.

Después, la noche fría
se lleva esas voces derramadas
sobre las hojas que se asomaron ayer
a las ventanas
para recibir esta fugaz visita de otoño.
De la que no aproveché toda su ofrenda:
la primicia inicial de mi llegada
las celebraciones desmesuradas
los fragmentos del pasado
forjando posibles con su luz abroquelada.
Prodigio que desvaneció la realidad
       el cuerpo enfermo, la falta de temple o de virtud.

Y ahora, en esta última noche
nada me despide.
Ni las voces de bienvenida
ni las hojas que desnudó el cansancio de los árboles
sostienen el insomnio.
Mientras el camión de la basura
se nutre del sueño que exhuma la ciudad
y se lleva los restos de toda ilusión,
desecha en palabras
que me siguieron hasta aquí
para decir entre ustedes:
quizá la poesía no sea sólo reunir palabras en versos  
sino, armar palabras para amar vivir, en un mundo

que se va quedando sin palabras.

sábado, 25 de abril de 2015

Aguas azules

Salí a ver el fenómeno
con la boca llena de agua salada
por este deseo imposible,
por la ciudad amenazada y desierta.
Al taxista le ardían los ojos.
A mi la garganta, le dije…
Y ambos nos silenciamos
ante las nubes opacas suspendidas en las lomas.
Sé que mi amargura es por callar
tu nombre que sangra en las venas.
Mientras que la niebla vence
bajo las cenizas expansivas de Calbuco.
Yo te extraño. En esta medianoche crucial
qué difícil es escapar de los volcanes:
uno de intrínsecas aguas azules
y otro de lágrimas sofocadas,
eclosionando por vos.

24.04.15 

miércoles, 11 de marzo de 2015

Marzo

Entre lejanas nubes de Marzo
el otoño sondea la ruta del Sur:
perspectiva de ocaso
        consagración de un límite
inalcanzable
te pierdo cuando trasciendes el mapa indefinido
de un país modelado a nuestro antojo
para vaciarlo en las riberas del odio
y hundirlo en el mar de los vacíos.

Como cercanas gaviotas voraces
la soledad y el hastío
despliegan su graznido rampante

y se pliega la tarde sin sentido.

lunes, 16 de febrero de 2015

27 (Suburbial)

Te creo y te mato tantas veces.
Vanamente regreso a tu lecho...
 Amor fútil y sin sentido.
Enamorado de lo odiado.
Renegado.
Breve tormenta de invierno.
Luces y sombras.
Difusas y diferentes.
Lo que fue, lo que fuimos.
Ángeles impuros, sombras infernales.
Buscábamos salvarnos en el otro.
Irredentos, marginales y sin cruces.
Lo que fuera no pudo matarnos.
Noches desveladas, sudor frío y miedo.
Frágil amanecer, traición y muerte.
Yacen en el pozo amargo de las pérdidas.
Vuelvo una y otra vez aunque me hiera.
Espero en tu puerta cerrada para siempre.
A que me digas una vez más que no.
A que me veas partir bajo la lluvia.
De la última noche.
Convencido de  que no volveré
A sortear el paso de los años.
O a vencer tu  soledad.
Te creo y te mato tantas veces.
En vano regreso a tu lecho.

Penumbras en penumbras...
Hasta que no distingo tu rostro.

Ni huelo tu respiración.                                  

martes, 27 de enero de 2015

Tormenta

Acaba de irse el dolor
Ha dejado un leve rastro ardiente
En las piernas, como recordatorio
De que volverá.
Bajó de la cintura hacia las piernas
-quizás duerma esta noche en mis pies-

Abrí la ventana a la brisa
Que dejó la tormenta vespertina
Y que ahora lagrimea en los cristales
-tal vez por esto cedió-
El dolor acaba de perdonarme
Soy consciente de que es sólo un paréntesis
Que aprovecho para escribirles.

Anoche pensaba en mi derrotero
Huí por aturdimiento
Para construir esta casa de pura soledad
Y ahora pretendo que ella me devuelva
Algunos gestos, un puñado de palabras
-que a su resguardo cedí-
Puse el oído en la ventana
Y a través de las dificultades de la ciudad 
Prodigiosamente
De las barbas del viento
Se fueron desprendiendo las voces amadas

Hasta que me dormí.